Una chica
universitaria estaba en el tercer año de sus estudios, y como es común en los
universitarios, ella pensaba que era de izquierda, y estaba a favor de una
distribución mas equitativa de la riqueza; riqueza que aún ella no había logrado.
La chica
sentía vergüenza por que su padre fuera de derecha.
Su padre
se oponía a los programas socialistas, y proyectos de ley que le otorgaban
beneficios a aquellos que no los merecían, e impuestos mas altos para los que
tenían mayores ingresos de dinero.
Sus
honorables y objetivos profesores, le habían asegurado que la de su papa era
una filosofía equivocada. Por lo anterior un día ella se decidió a enfrentar a
su padre.
En medio
de la acalorada conversación, su padre le pregunto
¿Cómo van
las clases hija?
Ella
visiblemente molesta, le respondió:
Van bien
Tengo promedio de notas 7 en todas las asignaturas. Me cuesta mucho esfuerzo,
casi no tengo vida social y duermo poco, pero lo logro y me siento muy
satisfecha, pero ese no es el tema que estamos discutiendo papá.
Y el
padre pregunta de nuevo
¿Y a tu
amiga Soledad como le ha ido?
La hija
respondió: Mal, Soledad a duras penas tiene promedio de tres, se la pasa todo
su tiempo en fiestas, no estudia nunca y varias veces no asiste a las clases
por irse con los amigos, pero...
El padre
le dijo:
Entonces
vaya donde el Rector y pídale que le transfiera 2 de los 7 puntos suyos a ella,
para que así ambas tengan un 5, esta sería una buena y democrática distribución
de notas, y las dos podrían aprobar el semestre, ¿no te parece?.
Y ella
indignada le dijo, que tenía que trabajar muy duro para conseguir resultados,
mientras que Soledad jugaba, y que ella no quería regalar el producto de su
trabajo a otra persona y menos si esta no lo merecía.
El padre
entonces le dijo:
HIJA MÍA, BIENVENIDA A LA COHERENCIA!
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El amor
exige; la amistad concede.
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Citas
para el Alma
Sólo puede ser justo quien es capaz de ponerse en el lugar de otros
Sólo puede ser justo quien es capaz de ponerse en el lugar de otros
·
George
Gurdjieff
Yo me salvo, solo, si por mi intermedio se salvan otros
·
San Mateo
Esforcémonos en vivir con decencia y dejemos a los murmuradores que digan lo que les plazca
·
Moliere
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Citas pa'l Bronce
Tiempo: lo que los hombres siempre tratan de matar, pero acaba por matarlos
Tiempo: lo que los hombres siempre tratan de matar, pero acaba por matarlos
·
Herbet Spencer
Un soñador es, por definición, un desmemoriado
·
Eugenio D'Ors
Todos nacemos originales y morimos copias
·
E. Young
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Citas Memorables
El poder es peligroso a menos que tengas humildad
·
Richard J. Daley
El hombre es un aprendiz y el dolor su maestro
·
Alfredo de Vigny
Quien tiene paciencia, obtendrá lo que desea
·
Benjamin Franklin
·
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El ingeniero Leandro Guido, Argentino en
un intercambio con Europa, entró en una estación del metro de Estocolmo,
capital de Suecia.
Allí notó que había, entre muchos molinetes normales y comunes, uno que daba paso libre gratuito. Entonces le preguntó a la vendedora de ticket el porqué de aquel molinete permanentemente libre para pasar y sin ningún agente de seguridad en las cercanías. La dama, entonces, le explicó que ese paso estaba destinado a las personas que, por cualquier motivo, no tuviesen dinero para pagar su pasaje.
Incrédulo, acostumbrado a la manera Argentina, no pudo evitar hacerle la pregunta que, para él era obvia:
- Y si la persona tuviese dinero, pero simplemente no quisiese pagar?
La vendedora entrecerró sus ojos azules y con una sonrisa de pureza sobrecogedora, le respondió:
- Pero porqué haría eso?
Sin poder acertar una respuesta, el ingeniero pagó su pasaje y pasó por el molinete, seguido de una multitud que también habia pagado por sus ticket.
El paso libre continuó vacío.
La honestidad es uno de los valores más liberadores que un pueblo puede tener.
Una sociedad que ha logrado transformar ese valor en algo natural, está en un estadio de desarrollo, sin duda, superior.
Eso es educación... También y antes que nada!
Cultive este valor y transmítaselo a sus hijos, a sus nietos, a sus alumnos, a la sociedad.
Su mundo cambia cuando usted cambia. No premiemos las prácticas fraudulentas, los negocios mal habidos, la corrupción...
Hagamos de la honestidad y buena fe un hábito...
Allí notó que había, entre muchos molinetes normales y comunes, uno que daba paso libre gratuito. Entonces le preguntó a la vendedora de ticket el porqué de aquel molinete permanentemente libre para pasar y sin ningún agente de seguridad en las cercanías. La dama, entonces, le explicó que ese paso estaba destinado a las personas que, por cualquier motivo, no tuviesen dinero para pagar su pasaje.
Incrédulo, acostumbrado a la manera Argentina, no pudo evitar hacerle la pregunta que, para él era obvia:
- Y si la persona tuviese dinero, pero simplemente no quisiese pagar?
La vendedora entrecerró sus ojos azules y con una sonrisa de pureza sobrecogedora, le respondió:
- Pero porqué haría eso?
Sin poder acertar una respuesta, el ingeniero pagó su pasaje y pasó por el molinete, seguido de una multitud que también habia pagado por sus ticket.
El paso libre continuó vacío.
La honestidad es uno de los valores más liberadores que un pueblo puede tener.
Una sociedad que ha logrado transformar ese valor en algo natural, está en un estadio de desarrollo, sin duda, superior.
Eso es educación... También y antes que nada!
Cultive este valor y transmítaselo a sus hijos, a sus nietos, a sus alumnos, a la sociedad.
Su mundo cambia cuando usted cambia. No premiemos las prácticas fraudulentas, los negocios mal habidos, la corrupción...
Hagamos de la honestidad y buena fe un hábito...
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Llegó el
último día de clases y los alumnos le llevaron regalos a la maestra.
- :-)
El hijo del florista le entregó un ramo de flores, y la hija del confitero, una hermosa caja de bombones.
- :-)
En eso, el hijo del dueño de la bodega se acercó cargando una caja grande y pesada.
- :-)
Al recibirla, la maestra se dió cuenta que algo escurría por la base.
Con el dedo recogió una gota del líquido y la probó.
- :-)
- ¿Es vino? -dijo tratando de adivinar.
- No, respondió el chico.
- :-)
La maestra probó otra gota y preguntó:
- ¿Champaña?
- No.
- :-)
- Me rindo. ¿Qué es?
- ¡Un perrito!
- :-)
El hijo del florista le entregó un ramo de flores, y la hija del confitero, una hermosa caja de bombones.
- :-)
En eso, el hijo del dueño de la bodega se acercó cargando una caja grande y pesada.
- :-)
Al recibirla, la maestra se dió cuenta que algo escurría por la base.
Con el dedo recogió una gota del líquido y la probó.
- :-)
- ¿Es vino? -dijo tratando de adivinar.
- No, respondió el chico.
- :-)
La maestra probó otra gota y preguntó:
- ¿Champaña?
- No.
- :-)
- Me rindo. ¿Qué es?
- ¡Un perrito!
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El ser
humano no tiene mayor enemigo que él mismo.
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